LA EDAD MEDIA Y LA EDAD MODERNA, BASES PARA EL CRECIMIENTO ECONÓMICO

          i.e.d. LA toSCANA LISBOA 

 

10, Grado

Docente: Jairo Arturo Infante Bonilla

Area: C. Política

Tema: LA EDAD MEDIA Y LA EDAD MODERNA

Semana: 3  al 9 de Agosto de 2020

APRENDE EN CASA

 

 

LA EDAD MEDIA Y LA EDAD MODERNA, BASES PARA EL CRECIMIENTO ECONÓMICO

 

En el siglo IV d.C., el Imperio ro­mano entró en una fase de crisis. La difícil situación que generó su exce­siva extensión territorial, junto con los problemas económicos y la en­trada masiva de pueblos germanos, llevaron a que el Imperio se divi­diera en dos: Oriente y Occidente. Este último no soportó la presión y en el 476 dejó de existir como im­perio. A partir de entonces, muchos elementos de la cultura romana se fundieron con las culturas germá­nicas y el cristianismo. El resultado fue la aparición de muchos reinos germánicos, los cuales basaron su economía en una cultura agrícola y rural.

Bajo el poder de los carolingios se da el sistema político y económico que  más adelante formaría el feudalismo. Durante esta época, el vasallaje era el acto que hacían todos los hom­bres, ricos y pobres, de encomen­darse a un señor poderoso para que los protegiera, pero a su vez quedaban comprometidos con su protector. Por su parte, el feudo era un "beneficio" que entregaba el soberano a una persona de su corte. Este podía ser tierra o ganado.


El vasallaje era regulado por un contrato bilateral (con obligaciones para los dos partes). Si el vasallo o el señor cometían un incumplimiento grave, el vínculo podía disolverse. Es importante destacar que la relación se forjaba entre dos hombres libres (un plebeyo y un noble, o un noble de estatus inferior y un noble de estatus superior)

A partir del año 1000 se generó una profunda transformación en las re­laciones sociales y en consecuencia una nueva relación entre sociedad y medio natural. Esto se ha llamado el cambio feudal.

 
El Imperio carolingio se caracte­rizó por una expansión de su territorio, pero las invasiones de los vikingos y eslavos pusieron   al descubierto la debilidad del poder central. El poder pasó de los monarcas a las aristocracias regionales, quienes comenzaron a administrar justicia.

  
 Y también a explotar las tierras en beneficio propio. Con estos factores, se generalizó la estructura fundamental de explotación de la tierra llamada señorío o también dominio rural. Esta era una propiedad rural que se dividía en muchas unidades de cultivo.

 


El feudo estaba formado por tierras de labor, generalmente muy extensas, que rodeaban la mansión o castillo en que residía el señor feudal.

De esta manera se formó el siste­ma económico, político y social lla­mado feudalismo. Este consistía en las obligaciones de obediencia y servicio —principalmente mili­tar— por parte de un hombre libre llamado "vasallo" hacia otro hom­bre libre llamado "señor", quien le entregaba un feudo para su explo­tación. El señor tenía obligación de proteger y sostener al vasallo. Cada señor era a su vez, vasallo de otro más poderoso, pero cada uno era soberano en su propio feudo. Entre estas instituciones feudales cabe destacar:

El feudo: Generalmente se trata­ba de un terreno que entregaba el señor a un vasallo para que lo explotara pero sin convertirse en su dueño. El vasallo debía entre­gar una renta anual a su señor y se comprometía a obedecerlo y servirlo. El vasallo explotaba la tierra formando centros de tra­bajo agrícola llamados villas o dominios.  

 


El homenaje: Era el juramento de fidelidad, es decir, el vasallo no podía traicionar a su señor. La fide­lidad fue el valor más importante en la Edad Media.

El homenaje era un ritual por el que un señor concedía un feudo a otro hombre de la clase privilegiada a cambio de unos servicios y prestaciones, generalmente de orden militar.

La investidura: Se trataba de un rito muy importante mediante el cual un señor le entregaba un feudo al vasallo. El rito se compo­nía de varios actos que simboliza­ban el sometimiento al señor.

El feudalismo se desarrolló en casi todas las regiones de Europa, aunque con diferencias entre una y otra. Sin embargo, hubo una característica si­milar en toda Europa: el paisaje na­tural se transformó. La acción del hombre sobre el medio natural se hizo más visible en la medida en que los bosques, pantanos y marismas se convirtieron en tierras de cultivo. El crecimiento de la producción agrícola permitió el incremento de la pobla­ción, con lo cual también aumentaron las expectativas de vida. En doscien­tos años, la población de Europa se duplicó. Esto influyó en la formación de nuevos asentamientos humanos, tales como las villas y las ciudades.

Así mismo, el éxito de la producción agrícola se debió a que se descubrie­ron mejores técnicas para que la tierra fuera más productiva. Entre ellas fue importante la roturación trienal, me­diante la cual se dejaba descansar du­rante un año un tercio de la superficie cultivable. Además, se intensificó y se perfeccionó el uso del arado; se multi­plicó el empleo del molino de agua que sustituyó la molienda manual.


 


LAS IDEAS ECONOMICAS MEDIEVALES. En este contexto, la Edad Media tam­bién desarrolló algunas ideas acerca de la economía, pero estas eran más bien un cuerpo de preceptos morales encaminados a conseguir la buena administración de la actividad eco­nómica. Las ideas de Aristóteles fue­ron seguidas muy de cerca, pero se apoyaban en una base de teología cristiana. Fundamentalmente, el pen­samiento medieval condenó la avari­cia y la codicia, porque buscaban el mejoramiento material individual y no tenían en cuenta a los semejantes. La Iglesia condenó las prácticas eco­nómicas que aumentaban la explota­ción y la desigualdad. A finales de la Edad Media las opiniones sobre la propiedad y el comercio se oponían al sistema económico basado en la propiedad privada y en el comercio.


Santo Tomás de Aquino (1225-1274), quien hizo formulaciones económicas y sociales en su conocida obra " Suma Teológica", bajo la influencia del pensamiento aristotélico.

En el siglo XIII se desarrolló la teo­ría económica más influyente de la época, la de santo Tomás de Aquino (1225-1274), quien buscó reconciliar el dogma teológico con las condiciones de la vida económica. Un aspecto sobre­saliente de su visión fue la propie­dad. Distinguía en ella el poder de adquisición y administración, lo que obligaba a que su poseedor tuvie­ra en cuenta los intereses de la comunidad. De este modo pretendía demostrar el carácter moral de la economía, en la medida en que determinaba la bondad o la maldad de la posesión. Para santo Tomás la ri­queza estaba clasificada entre las im­perfecciones de la vida terrena del hombre, casi de la misma manera como lo estaba el comercio. Tomas de Aquino defendía el carácter de justicia que debía tener el intercam­bio, es decir, lo que se daba y lo que se recibía debían tener igual valor.


Durante el siglo XV y XVI la banca tuvo mucha influencia en los destinos de la economía y la historia, y por lo tanto los banqueros y prestamistas eran clases influyentes que solían pagar por retratos que incluían todos sus atributos laborales.

Pero lo que más causó discusiones fue el préstamo de dinero con inte­rés alto, es decir, la usura, que fue considerada como la peor forma de obtener ganancias. Se condenaba porque se consideraba un cambio in­justo. Esto dio lugar a una discusión que se prolongó hasta el siglo XVI. Durante la Reforma ProtestanteLutero también se refirió al "justo precio" y condenó la usura. Pero otro reformador, Calvino, negó que el cobro de intereses fuera pecaminoso, por el contrario, sostuvo que podía utilizarse en cosas que produjeran renta.   

EL COMERCIO Y EL NACIMIENTO DE LA BURGUESÍA

Cuando el feudalismo se encontra­ba en su apogeo se comenzó a desa­rrollar la economía comercial en las ciudades. En el Mediterráneo pros­peraron Venecia, Pisa y Génova, entre otras; mientras que en el norte de Europa, en la región del mar Báltico, lo hicieron las ciudades alemanas de Lübeck, Hamburgo y Bremen. En los Países Bajos se desarrolló una prós­pera industria textil de exportación. Entre estos focos de renacimiento económico se intensificaron las rela­ciones comerciales.

 Ciudad medieval

En este contexto y como resultado de estas condiciones económicas, se fortaleció la figura de los comer­ciantes. Estas personas procedían del campo, donde lograron reunir algunos recursos; otras veces eran judíos enriquecidos gracias al co­mercio, o artesanos rurales que ha­bían logrado reunir algún capital. Los mercaderes de esta época ac­tuaban asociados en hermandades o gremios, que les permitía ejercer la profesión de manera más segura y lucrativa. La condición necesaria para que el comercio fuera lucra­tivo era el transporte de mercan­cías a distancia, para obtener una mayor diferencia entre los precios de compra y venta. El desarrollo mercantil favoreció la formación de numerosos mercados. De estos había tres tipos:

Las ferias. Eran reuniones de mercaderes que procedían de lugares distantes. Se celebraban en un lugar determinado una o dos veces al año y coincidían con una festividad religiosa.

El mercado semanal. Para ase­gurar el aprovisionamiento de la población urbana, las autori­dades municipales, únicamente en el mercado semanal eran obligados los campesinos a vender sus productos.

 

 

El mercado diario. Se trataba de tiendas instaladas en un barrio o plaza con carácter más o menos provisional, y servía para el abas­tecimiento de productos de con­sumo diario.


 
Mercado en la ciudad de Alcalá de Henares (España)

La agricultura y la ganadería expe­rimentaron un gran auge porque ya no sólo se pensaba en recoger para consumir, sino en producir para vender. Las ciudades abrían merca­dos y muchas aldeas pagaban en dinero a su señor y vendían los pro­ductos sobrantes en la ciudad. Otro tanto sucedió con la producción artesanal. Este cambio en la organización comercial trajo consigo el cambio en las formas de pago, de modo que aparecieron los presta­mistas, los cambistas y los banque­ros, lo mismo que el cambio, los depósitos, los cheques y el crédito.

Referencia:
GALINDO NEIRA, Luis Eduardo y otros. Economía y política 1.

 

Tras la Edad Media llegó una época de transición, la Edad Moderna, con el Renacimiento primero y después el Barroco, hubo un movimiento reformista y contrarreformista en la Iglesia y se desarrolló el racionalismo y el empirismo en la Filosofía, nacieron la Mecánica Clásica y el Análisis Matemático y, por fin, hacia finales del siglo XVIII y particularmente a comienzos del XIX una revolución, la Revolución Industrial, cambió el mundo para siempre produciendo una época de gran desarrollo material, particularmente en un grupo de países de cabeza, a la misma vez que se producían importantes cambios políticos.

Bueno, hay una parte, la última parte de la historia que se acerca bastante a lo que es la Historia. A finales del siglo XVIII y comienzos del XIX se comienza a materializar un largo proceso en un grupo de países más avanzados, llegan resultados de importante crecimiento económico. Lo que es injusto es el trato de menosprecio a la Edad Media, y en alguna medida también a la Edad Moderna. En la Edad Media y en la Edad Moderna se produjeron avances calve que sentaron algunas de las bases más importantes del crecimiento económico de la época posterior.

El comercio fue el gran motor de cambios. En ese sentido, se facilitó mucho el comercio por varios factores. Uno de esos factores fueron las ferias. En las ferias, comerciantes de distintos lugares, en ocasiones muy lejanos, se podían poner en contacto. Para que el aumento del comercio a largas distancias fuese posible fue muy importante el desarrollo de la navegación, que pasó de la navegación a remos a la navegación a vela. Los comerciantes crearon sus propias normas, surge así el Derecho Mercantil. En ese sentido era muy importante el desarrollo de sistemas para pagar. Nacieron títulos valores como la letra de cambio o la carta de crédito. También se desarrollaron cámaras donde se compensaban los pagos y los cobros durante una feria y se liquidaban las diferencias. Es muy importante el progresivo desarrollo de las diversas formas de sociedades mercantiles, que ya en la Edad Moderna culminan en las compañías privilegiadas de comercio con las Indias orientales, el embrión de las actuales sociedades anónimas. También fue muy importante el impulso que se dio al correo a través del diseño de un sistema de postas donde poder cambiar de caballo. Contribuyeron al desarrollo  de los negocios la contabilidad de partida doble, las lonjas, o la bolsa. Especial relevancia tiene el impulso de actividades que existían desde antiguo como la banca, primeramente a través de los banqueros italianos y judíos, tras complejos debates sobre el préstamo a interés. Y no sólo de la banca, sino también el desarrollo de los seguros, en especial de los seguros marítimos. En agricultura hubo importantes avances como el arado normando y las mejoras en sistemas de riego, como por ejemplo a través de la construcción de muchas acequias. Tanto en agricultura como en ganadería se fueron perfeccionando diversas variedades a través de largos procesos de selección de plantas y animales. En Arquitectura se desarrollaron sistemas para transmitir empujes laterales que permitieron alzar edificios elevados como las catedrales góticas. También se desarrolló enormemente la arquitectura defensiva, proliferando castillos y murallas. Las estructuras administrativas ganaron en complejidad, tanto las civiles como las militares. En el ámbito eclesiástico se desarrolló una amplia red de conventos, donde se transmitió una parte del conocimiento de la época. De vital importancia para el avance del conocimiento fue el impulso de las universidades en la Edad Media. Otro aspecto de gran valor fue la traducción del conocimiento de la Antigüedad a las lenguas romances, a las lenguas germánicas y otras como el árabe y el hebreo.  En la Edad Moderna comienza a despertar con fuerza el avance científico, la Mecánica Clásica será la gran aportación, de forma paralela al avance en las Matemáticas, sobre todo en el Análisis Matemático. Los gremios, aun con sus deficiencias, fueron un importante sistema de control de calidad y selección de personal, ambos aspectos clave en toda la época posterior. Y trascendental fue que en este período se ponen en contacto los cinco continentes de la Tierra.

Pero, si tantos avances y de tanta importancia hubo, ¿por qué esos avances no se materializaron en un importante crecimiento durante la Edad Media y durante la Edad Moderna? En primer lugar porque también hubo frenos al crecimiento. Lo primero que tenemos que considerar es que el objetivo prioritario de estas sociedades no era el crecimiento económico, lo era sólo subordinado a que produjese un enriquecimiento de la Corona al servicio del fortalecimiento militar. La proporción del ahorro que iba destinada a lo que hoy comprendemos como inversiones productivas era relativamente pequeña. Se destinaba una proporción importante al desarrollo militar y espiritual, a través de la financiación de los ejércitos, de las armadas, de las fortificaciones, de castillos, de iglesias, de conventos, etc. Había factores externos que propiciaban la pérdida de recursos como las epidemias (las de peste causaron muchos muertos), las variaciones del clima o las catástrofes naturales y la recuperación en economías no orientadas al crecimiento no fue siempre una labor sencilla. Especial importancia tiene la evolución de la tecnología militar.   Las guerras producen destrucción de recursos (tanto humanos como materiales),  desvío de una parte importante del ahorro hacia la guerra y deterioro grave del entorno necesario para disfrutar de las ventajas del comercio. Otro aspecto muy importante es que, de manera particular durante la Edad Moderna, hubo una propensión a limitar al máximo las importaciones que dificultó mucho el comercio  También es muy importante tener en cuenta que además de avances también hubo resistencias al avance. Por poner un solo ejemplo, costó mucho la aceptación del préstamo a interés.

Pero, en segundo lugar, hay que tener en cuenta que el crecimiento económico es un proceso complejo. No todo es acumulación de recursos, una parte importante del crecimiento económico se basa en nuevas formas de organizarse. Pero las nuevas formas de organización suelen necesitar poner unos avances en conexión con los otros. Pongamos un ejemplo. De nada sirve que la navegación favorezca el comercio con el país que está al otro lado del mar si no hay un avance en la estabilidad de las relaciones, como sería el caso de una guerra que impidiese el comercio. Tampoco unas relaciones estables son garantía de comercio si se carece de cauces para el transporte de las mercancías. ¿Eso significa que avances como la estabilidad en las relaciones internacionales o los avances en la navegación carezcan de importancia? En absoluto, todos los avances son importantes. Uno de los aspectos más complejos del crecimiento económico es el de cómo unos avances ejercen de palanca para que los otros puedan dar frutos. En muchas ocasiones no es que falten avances, sino que falta una chispa que, al poner en conexión unos avances con otros, dispare el proceso de crecimiento, que propicie mejores formas de hacer las cosas.

Son muchas las enseñanzas con valor en la actualidad que podemos extraer de los avances de la Edad Media y de la Edad Moderna que propició la llegada de crecimiento económico en la época siguiente, pero eso lo dejaremos para otra entrada.

https://youtu.be/DjdFLJT5lhY

ACTIVIDAD

¿DE DONDE NACE EL TÉRMINO BURGUESÍA?

AVERIGUAR SOBRE LOS APORTES DE SANTO TOMAS DE AQUINO

AVERIGUAR SOBRE LA PESTE BUBONICA, y LA GRIPE ESPAÑOLA.

¿Qué ES LA USURA?

DIBUJAR UN MONASTERIO Y UNA UNIVERSIDAD

 

Tomado de ARGUMENTOS ECONOMICOS, 22/01/2015

 

 

 


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